miércoles, 13 de mayo de 2009

quinta entrega: El Extranjero, if

Entre el sueño y la esperanza
Por Ivonne Flores

"Paladium, tenis para campeones te ivita a participar en el concurso "Todos por Africa". Solo compra tus tenis Paladium y busca el cuestionario en el interior de la caja, contéstalo correctamente y envíalo a nuestras oficinas. Si resultas sorteado ganarás un safari en Kenia para dos personas con todos los gastos pagados. Apresúrate, usa Paladium y sé un ganador".

Repetí por enésima vez en mi cabeza el comercial de televisión que había visto unas semanas antes, mientras compraba una bolsa de chicles para revenderlos luego en las calles. Quería juntar lo más rápido posible el dinero que me faltaba para comprar mis Paladium.

Mi mamá etaba muy contenta por mi cambio de conducta desde que empezó el ciclo escolar porque mis notas eran perfectas y porque últimamente empecé a ayudar a los vecinos a limpiar sus jardines a cambio de unas monedas, además de mi negocio de chicles. -Ernestito es el ñejor de los hijos, tan estudioso, tan responsable y buscándose su independencia- decía mi mamá con cierto orgullo. Pero ella no sabía que todo eso era producto de mis sueños secretos, de Eva.

Eva era mi maestra de cuarto grado. Desde el primer momento en que la ví entendí que la belleza del mundo emanaba de sus cabellos negros, de sus palabras precisas, de sus hombros redondos que no sé por qué me daban tantas ganas de morder despacito. Cada día en la escuela mi atención estaba fija en ella. Yo absorbía cada una de sus palabras y de sus movimientos y me regocijaba con su risa de lluvia. Eva me decía que yo era un niño muy tímido y callado pero yo no era tímido, yo era suyo. Por eso resultaba tan fácil tener buenas notas: la extensidad de mi mente estaba ocupada por ella.

Cuando vi aquél comercial de televisión fué una revelación para mí, entonces comencé a trabajar para mis vecinos, a vender chicles y a rezar y rezar cada noche para reunir dinero para comprar mis Paladium. Aunque nadie me había enseñado a creer en ningún dios, aquellos días fueron de fé y milagros. El dinero que me faltaba lo conseguí cuando se me cayó el último diente por mudar. Corrí a comprar mis tenis, los saqué de la caja, encontré el cuestionario e hice un plan: Le pediría a Eva que me ayudara a contestarlo, pero como yo sabía que en cuanto la viera no podría hablarle con fluidez, le escribí una carta donde además de perdirle su ayuda le propuse ir conmigo a Kenia si yo ganaba el concurso.

Salí corriendo a su casa. Esa tarde llovía y mi única preocupación era que no se mojara mi carta, su carta. Cuando llegué deslicé el sobre bajo su puerta, toqué y salí huyendo tan apresurado que casi me atropella un coche amarillo que se estacionaba frente a la casa de Eva. No me detuve seguí corriendo y así empapado de lluvia me metí en mi cama. Pasé la noche más larga de mi vida preguntándome cosas como: "¿Verá Eva la carta?, ¿Entenderá mi letra?, ¿Será que se me olvidó poner mi nombre?, ¿Que tal si piensa que es una broma?, ¿Y si se enoja?, ¿Y si no quiere?, ¿Y si le dan miedo los leones?..."

El día siguiente estuve angustiado y ausente, por primera vez no entendía lo que decía Eva. No comí durante el descanso y todo el tiempo tuve la sensación de vomitar. Un poco antes de que sonara el timbre que anunciaba la salida de clases de aquel viernes, frente a todo el grupo Eva me miró detenidamente y me dijo: " Ernesto, te espero el domingo en la mañana en mi casa para que resolvamos el cuestionario." Primero sentí un impacto tremendo, una patada de alegría en el estómago luego vértigo. Alguna chica curiosa de una fila de atrás preguntó:

-¿Que cuestionario maestra?-

-Es que Ernesto y yo estamos planeando un viaje al extranjero.-Contestó.

Sonó el timbre y salimos de clases. Esa tarde no cabía en mí de felicidad, hice y deshice una lista de cosas que nos podrían servir en Kenia para el Safari: cepillos dentales, chocolates aunque si hacía mucho calor se podrían derretir, binoculares, sopas instantáneas, repelente de insectos, tal vez algún libro de poemas...

Por la noche soñé mucho, intensamente: Eva montada en un elefante, Eva asustada por los leones, Eva mojando sus pies en un charco, Eva durmiendo junto a mí bajo el cielo africano, mis labios besando a Eva...Al otro día desperté sintiendome hombre.

El sábado mis pensamientos fueron todos para ella. Sus palabras seguían zumbando en mi mente como abejas haciendo miel en mi cabeza y esa noche no dormí esperando la siguiente mañana para verla, para adorar otra vez sus ojos.

El domingo muy temprano salté de la cama, me puse mi mejor ropa y por supuesto mis tenis Paladium. En cuanto fué posible me fuí a su casa sin correr para no estropear mi cabello que había peinado cuidadosamente de raya de lado. Mi corazón latía tan fuerte que casi no podía respirar, llegué a su casa y toqué a la puerta. Mientras esperaba me di cuenta de que mis ojos no podían enfocar bien, sentía que todas las cosas danzaban a mi alrededor y el tiempo transcurría increíblemente lento. Volví a tocar dos tres, cuatro, cien veces más. Me quedé ahí mucho tiempo sin saber qué hacer luego desconsolado me fuí llorando a mi casa.

Al día siguiente en la escuela esperaba verla, seguramente me diría que todo estaba bien y que había tenido algo imprevisto que hacer. Pero Eva no llegó. En el salón todos nos preguntábamos por ella hasta que llegó otra maestra y nos dijo que Eva no vendría más porque había decidido de pronto irse a vivir a otra ciudad con su novio. Lo último que se supo de ella es que él se la había llevado muy lejos en su coche amarillo.

6 comentarios:

  1. Un romanticismo con mucha ternura. Parece que te faltó revisarlo te equivocaste de letras por ahí, otra más que te comiste...

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  2. En primer lugar, que hija de la gran p* esa tal Eva. A mi se me hace que se fue con el novio a Kenia. Jajaja. Me gusta que has variado tu estilo de escritura y has añadido colores y más adjetivos a tus oraciones. Tengo una pregunta, porque puede ser cosa de diferencias de slang de los países, en una parte dice: "si resultas sorteado", sin embargo, ¿no debería de ser "si resultaras ganador" o algo por el estilo? Otra cosa es, no soy un máster en puntuación así que tengo duda, ¿cómo se deben de manejar las comillas entre comillas, como las que usaste al inicio? También habría qué revisar otros aspectos más que todo técnicos en los diálogos, la utilización de comillas y guión largo. Yo estuve investigando para poder escribir alguno de estos cuentos que ya hemos mandado, así que te envío un link que te parecerá interesante con un poco de reglas al escribir diálogos. También a los demás les será útil.

    Guiones de diálogo
    http://axxon.com.ar/t-guionado.htm

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  3. A mi me pareció un cuento bien limpio, muy bien hecho. Es cierto que hay teclazos, pero ni que ya fuera la versión que se publicará en 1millon de ejemplares... Seguro todos los cuentos que mandemos tendrán mas de algún teclazo pues obviamente no somos editados. He ahi parte de la importancia de un editor como tal, aunque este blog puede ir siendo algo así... Algo bien chilero es que nunca dudé de la edad del chavín, me pareció que lograste captar 4el pensamiento e un hombre de esa edad (creoq ue igual pasan los años y uno sigue sintiéndo así...)
    Claro, eso sí, bien cursi... jiji

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  4. A mi me parecio genial lo disfrute mucho, lo suficiente para no ponerme a pensar en puntuacion. que chilero.

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  5. Gracias por sus comentarios y observaciones. Nos seguimos escribiendo.

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  6. Creo que, para aclarar, a mi me parecio muy bueno el cuento, lo de la puntuacion no era de modo de encontrarle algo malo, sino como un consejo para perfeccionar la tecnica del dialogo y aprender

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