lunes, 8 de junio de 2009

novena entrega: brevisimos dinosaurios, QM

La capital

Por Quique Martínez

Irradiando una gran sonrisa asomó la cabeza por la ventana del autobús que lo traía por primera vez a la ciudad. El aire se sentía fresco en la cara y la calle y los edificios brillaban en su grandeza. Sacó una manita y saludó a una mujer que se sostenía de dos bolsas gigantes amarillas. Volteó la cara. Su madre lo sentó suavemente, desenvolvió el último pedazo de dulce que quedaba y se lo metió en la boca.

-No le hagás caso, seguro no te vio.

2 comentarios:

  1. Qué tristeza el niño pueblerino enfriandose, perdiendo la inocencia en la ciudad...
    Este no es tu mejor cuento quique. Nunca crei que iba a decir esto...
    Cuando dice "Volteó la cara" no se sabe bien quién, y es un detalle importante del cuento... Creoq ue es la mujer de las bolsas la que voltea la cara, pero lo adiviné...
    Un comentarito nada más...

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  2. Yo pensé que iba a quedar mejor, era una imagen que desde hace años quería trabajar, expresar el sentimiento que podría tener un niño cuando te saluda desde un bus o barco o algo parecido y estás demasiado bravo o ensimismado para contestar. Lo pensé hacer en un cuadro o en foto o en historia o en algo, y al final lo hice aca, pero creo que no me salió. Me gustó más el otro que mandé, el de Makeover Placebo, es más un cuento breve, porque este es como una parte de algún relato.

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