Por Ivonne Flores.
Ahí estas. Permaneces semioculta resguardando a tus otras crías, pero desde tu hueco cavernoso, tus ocho miradas estan sobre mi. Tienes ojos sificientes para observar cada uno de mis actos, cada error, cada momento, mientras yo me debato para librarme de tus ardides tendidos astutamente para no dejarme escapar.
No son gotas de agua las que embellecen tu telaraña esta mañana. Son lágrimas falsas, espejos que regaste para multiplicar mil veces mi imagen ingrata.
La gota de veneno que inyectaste en mi, ya ha fermentado. Dices que no debería ser yo quien emponzoñe a mis hermanos que todavía siguen aferrados a tu espalda.
El calor de tu cuerpo me conforta y me hace sentir segura, pero tu imagen es monstruosa, enorme, me quita el aliento. Y no puedo gritarte madre, no puedo...aterras a mi corazón y mi pecho se vuelve mórbido, ahí te revuelcas, mientras tus largas patas me deshebran fibra a fibra. Madre carnívora deleitándote con la sangre de tus propias entrañas.
Cada vez que tus mandibulas se muven, aprietan, estrangulan. Aún me siento pegada a algo indefinible, tal vez a la humedad virulenta de tu abrazo. Yo permanezco quieta. Mis oídos están saturados de la hiel que escurre de mi espíritu, la que inyectas día a día, mientras con tus palabras venenosas me vas tejiendo un sudario.
Ahí estas. Permaneces semioculta resguardando a tus otras crías, pero desde tu hueco cavernoso, tus ocho miradas estan sobre mi. Tienes ojos sificientes para observar cada uno de mis actos, cada error, cada momento, mientras yo me debato para librarme de tus ardides tendidos astutamente para no dejarme escapar.
No son gotas de agua las que embellecen tu telaraña esta mañana. Son lágrimas falsas, espejos que regaste para multiplicar mil veces mi imagen ingrata.
La gota de veneno que inyectaste en mi, ya ha fermentado. Dices que no debería ser yo quien emponzoñe a mis hermanos que todavía siguen aferrados a tu espalda.
El calor de tu cuerpo me conforta y me hace sentir segura, pero tu imagen es monstruosa, enorme, me quita el aliento. Y no puedo gritarte madre, no puedo...aterras a mi corazón y mi pecho se vuelve mórbido, ahí te revuelcas, mientras tus largas patas me deshebran fibra a fibra. Madre carnívora deleitándote con la sangre de tus propias entrañas.
Cada vez que tus mandibulas se muven, aprietan, estrangulan. Aún me siento pegada a algo indefinible, tal vez a la humedad virulenta de tu abrazo. Yo permanezco quieta. Mis oídos están saturados de la hiel que escurre de mi espíritu, la que inyectas día a día, mientras con tus palabras venenosas me vas tejiendo un sudario.
Con amor,
Tu hija.
qué grueso!! oscuirísimo... Cuando me lo enviaste pusiste: "te mando este pequeño escrito que sería para la entrega de cuentos perversos, aunque no se ajusta precisamente a la estructura de un cuento, espero que pueda ser publicado también." A ver, ¿cuento epistolar en prosa? jeje.. solo probando... porque si uno se lo fuma bien, si puede tener una estructura de tiempo en el fondo, se le puede hallar la entrada, un momento más dramático y una postura final (despues de todo "yo permanezco quieta")...
ResponderEliminar¿qué opinan?
Wow, que bueeeeeeeno!!!! Muuuuy bueno!!!!! De verdad bueno! No se que mas decir!
ResponderEliminarDe verdad que sí es perverso. Envidio la manera en que podés escribir desde los zapatos de un animal y hacerlo tan bueno. Yo he querido escribir algo como que fuera un animal y todo lo que pienso me sale a fábula. Pero bueno, de vos aprenderé. Con lo de si es cuento o no es cuento. A primera vista sí se me hizo. Luego que se puso en tela de juicio ya no se me hizo cuento. Será prosa poética? Porque si da a entender una historia atrás, una presentación, un nudo, pero el desenlace. Se me hace más como que le falta que algo pase, lo cual podría salir en una oración. Una afirmación final. Quizás porque termina como una carta no se siente, podría ser que no se ponga la firma de la hija para que no sea como misiva. Sea lo que sea, ta bonito.
ResponderEliminarMe gusta la palabra sudario
ResponderEliminarMe gustó un montón y pienso que sí es un cuento. Al contrario de lo que han discutido aquí, desde mi experiencia como lectora, aún no la tengo como escritora, pienso que no es una carta. No tiene la estructura de una carta. Para ser una carta debería estar escrita en pasado o en presente con una introducción como, "Todos los días sueño lo mismo: ahí estás...". Yo creo que sería mejor que lo dejaras como cuento con narrador en segunda persona, sin la despedida final. De por sí está genial.
ResponderEliminarCreo que lo de carta salio porque en el titulo dice especificamente CARTA tal vez por eso uno se predispone
ResponderEliminarNo entiendo la confusion con lo de carta, para mi en lo personal es un cuento, y de los mejores de esta entrega :-)
ResponderEliminarBesos
Lo del titulo es a proposito, segun yo para hacer una carta mezcla de reproche y amor, pero en realidad no me puse a pensar en un estilo literario, creo que puede funcionar, tal vez como ambas cosas, aunque en los dos casos, obviamente hace falta pulir detalles, sobre todo de composicion. Lo fundamental de este escrito, para mi, son los sentimientos de una hija hacia su madre, del amor oscuro que puede desprenderse de una relacion tormentosa. En fin, supongo que es de cualquier manera confuso. Saludos a todos y gracias por sus comentarios.
ResponderEliminarA mi tambien me gusta la palabra sudario.
ResponderEliminar