martes, 28 de abril de 2009

tercera entrega, comida: le

Huelga de hambre

Por Lucía Escobar

Primero fue un bostezo de esos de tragarse el mundo. Luego Catherine se desperezó, estiró su esbelto cuerpo sin una fibra de grasas y vio su reflejo en la ventana. Sintió deseos de besar su imagen felina entre despeinada y elegante. Le gusto lo que vió, los años aún no habían pasado por ella, su pelo seguía siendo brillante, su mirada era intensa y penetrante. Y cuando caminaba por la cuadra moviendo su traserote, provocaba miradas curiosas y excitantes.

El ocio había sido siempre el mejor amigo de Catherine, tenía todo el día para dedicarse a ella misma, para pensar y pensar, para acicalarse despacio, esperando el momento en que él regresara del trabajo y se enfrascaran en caricias, palabras de amor y ese juego en la cama, que era lo único importante en la vida de ambos. De ambos, se lo repitió a si misma, como tratando de darse seguridad pero sintió una espinita de duda en su corazón, alimentada por algunos detalles que la atormentaban, cierta indiferencia que había empezado a notar en su pareja.

El hombre que amaba y que ella creía la adoraba llevaba días de portarse distante. Cada noche llegaba más tarde, casi nunca la invitaba a pasear, ya no la acariciaba como antes y parecía que se estaba olvidando de sus necesidades mas elementales.

Ella era lo suficientemente independiente y relajada como para no caer tan bajo de hacer una escena de celos o tirársele encima y arañarle la cara cuando llegaba con olores ajenos. No, ella no era de esas.

Su estrategia sería letal, directa. Catherine había tomado una decisión, se declararía en huelga de hambre. No era justo, que luego de tantos años juntos, él le pagara así, a ella que incluso de había renunciado a la descendencia con tal de asegurar ese espacio común de dos.

Sentiría lo que era el dolor. Desde ese día, no probaría mas bocado, no se dejaría tentar por los olores, ni las formas extravagantes, ni los goodies comprados en las tiendas de conveniencia. Ya lo debería saber, ella no era de las que se compraban con regalos, no soñaba con presentes, su demanda era de tiempo, de caricias, de amor compartido. Y eso parecía que él ya no estaba dispuesto a darlo.

Catherine pertenecía a la especie de las amazonas indomables y fuertes, así que no le costaba cumplir sus propósitos y no probar bocado era un reto que vencería. Cerró la boca, estrecho sus intestinos, dejó de tomar líquidos y así pasaron dos días, cuatro días, seis días. Su cuerpo se fue debilitando, su energía fue desapareciendo como la carne de su cuerpo, su alma comenzó a esfumarse de este mundo.

Un día, cuando Juan Augusto entro al apartamento que compartían, la encontró desmayada frente a la refrigeradora. De sus brazos fuertes se desprendió un grito de tristeza y la compra del supermercado, la lata especial de salmón cayó estrepitosamente justo al lado de Catherine, su gatita, su gran amor.

Ella ni se inmutó, había muerto de inanición. Y yo pienso que también de amor.

(A Claudia Navas)

7 comentarios:

  1. Que fuerte, una muestrita de la entrega desmedida... Me dejo medio traumada, me imagina a la cuata toda flaca y palida...jaja!!! En su narracion fresca y fluida hay algo bien profundo.

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  2. Primero lo primero. Por qué "A Claudia Navas"????? me confundí un poco con los tiempos. Me parecería interesante que el inicio, cuando a ella le gusta lo que ve, fuera luego de haber empezado la huelga. No me queda muy claro el propósito de la huelga de hambre, pero no se si sea importante, porque ella decide empezar la huelga con un propósito o para castigarse a ella o para castigarlo a él? Pero no molesta el que quede abierto a la interpretación del lector. Como siempre, tenés esa habilidad para tirarle a uno imágenes fuertes que te dejan pensando.

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  3. Lucía que te puedo decir, paraciera que tenés gatos, está muy bueno y te agradezco la dedicaoria, Quique no sea celoso.

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  4. parece que no se entiende ques es una gata o si cristina? y lo de los tiempos kike no me di cuenta ni siquiera que cambio de tiempos. Por otro lado no queda a interpretación del lector segun yo nada, la gata se muere de inanición eso dice... claramente y si es porque él esta dejando de tener interés en ella. Es dedicado a Claudia por una razón obvia.. es más debió decir.
    Este cuento tiene moraleja. A Claudia Navas, para que no conscienta tanto a Simone... (por un mundo sin chantajes)

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  5. Està BUENISIMO: se hace leer rapido,pero logras saborear todos los detalles. Està rico, eso, sabe a comida (o mejor dicho a entojo).
    Con mucho cariño, Maria

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  6. Jaaaaaaaaaajajajajajajaa. Perdon, Ucha. Lo que no es leer bien. Parece que yo también tengo déficit de atención. Ahora lo releí y ya veo que CLARAMENTE dice que es una gatita. Y repentinamente entiendo todo. Soy bien mula. Mis disculpas.

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  7. Yo creo que tu intención en la forma de escribirlo era confundir a la mara y que eventualmente creyeran que era una chava...
    Yo lo vuelvo a leer y lo puedo interpretar de las dos formas... y parece muy a proposito...
    Lo que si es que ella se contradice porque dice "Ella era lo suficientemente independiente y relajada como para no caer tan bajo de hacer una escena de celos o tirársele encima y arañarle la cara cuando llegaba con olores ajenos", pero hace algo peor: suicidársele en vez de demostrar esa independencia que dice tener...
    Puchicas... qué análisis... me voy a volver psicologo de gatas.. jaja

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