martes, 28 de abril de 2009

tercera entrega, comida: cz

Mi taco, su taco

Por Cristina Zuleta

En Tlaquepaque hace mucho calor, por eso las frutas o se compran pocas y con frecuencia o sin importar mucho la cantidad pero teniendo un refrigerador, si no la descomposición es más bien acelerada…Ella se fue, con todo lo que tenía que dejar en orden a último minuto y todo hecho un “desmadre” (es decir, que cuando se está sin madre se está en el caos absoluto).

Todas las mañanas era fruta, y yogurt según disponibilidad, era la única certeza alimenticia de la jornada porque, seguido del desayuno y la caminata junto a todos los puestos de tacos mañaneros con variedades de carne cuyos nombres podrían ser igualmente el menú de torturas de la inquisición le esperaban ocho horas de:

a) Ocio deliberadamente encerrado y solitario,

b) Conversaciones deliberadamente absurdas o,

c) Trabajo

Entonces, las comidas en lo que restaba del día eran escogidas y preparadas por terceros.

María Dolores (como la había nombrado su madre sin ninguna intención consciente de predestinarla al sufrimiento) estaba un poco molesta con el hecho de que alguien escogiera por ella en este tema tan complejo como lo es la alimentación, la principal razón era que ella tenía desde hacía dos anos el deseo tristemente frustrado de ser vegetariana. Este anhelo era obviamente, una influencia clara de su gran amigo (de dos años), un hindú radicado en Tlaquepaque, que trabajaba como maestro de la academia “Yoga y Meditación: descúbrete internamente”. Ranjiv había sermoneado a María Dolores de tal manera sobre los obvios beneficios de la no-carne, que la había convencido teóricamente pero para ella resultaba, practicamente, imposible. Nunca se lo dijo y siempre que comían juntos él la felicitaba y le decía que se le veía el cambio en el aura, ella sonreía y con el tenedor en la boca se re-mordía la consciencia.

Comían deliciosos platos tai con curry y sobretodo lechuga fresca y tierna…todo un placer. Hablando de placeres, María tenía más frustraciones, pues no lograba entender la relación entre Ranjiv y ella, ya que él afirmaba que ellos estaban más juntos de lo que ella creía pero “en otro plano”, observación a la cual ella asentía y lo miraba a los ojos fijamente tratando de profundizar, para de esa forma tal vez llegar hasta el enjambre teórico-espiritual de su morena cabeza. Pero a María Dolores, a pesar de la culpa, le daba mucha lástima no llegar a planos mas placenteros con Ranjiv, entonces se conformaba con el curry y la lechuga. Eso sí, se veían mucho y hablaban también, aunque poco quedaba claro en la cabeza de María, que seguía negándose la espera inconsciente con un falso conformismo. El día que se dio cuenta que eso nunca iba a pasar, se quedo en uno de los puestos de tacos y comió más allá de la gula de ese que tenía el nombre más tortuoso. El taquero resultó ser un Don muy simpático, que se echó a los hombros el peso de quien consuela y al ver en María disponibilidad y pasión por los tacos, le contó que andaba en busca de personal para otra sucursal de “Mi taco, su taco”. Ella se ofreció como quien ama los extremos y la venganza.

5 comentarios:

  1. Jajaja, me gusto el humor, siento que ya te vas relajando, este es fluìdo e interesante. Haces algo de crìtica social, asì basada en puras descripciones.. chilero, te felicito

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  2. Me gusta mucho también el humor que manejaste. Me gustaría, y no soy ningún experto pero podría ser un buen reto, que seás un poco más descriptiva. No sé cómo explicarme. Con lo que he leído das situaciones que transcurren en espacios largos de tiempo, por lo que sólo nos das un como resumen de lo que pasa durante todo ese tiempo. No es que esté malo, sino que me gustaría ver cómo lo hacés con menos tiempo en cuestión, para que experimentés con elaborar más los personajes, escenarios y situaciones, más que con el tiempo. Igual yo hablo sólo babosadas.

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  3. si, muy buena, me recordó una pelicula china donde hay una escena de comida, están comiendo fideos, quizá ahi entraría lo dela descripción más amplia, en la escena donde stá junto al hindú. me gustó.

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  4. Pues me reí también. Sentí un humor más bien sobrio, un cacho elegante... Me llegó que parece ser una historia más construida, tiene varios elementos que la hicieron más rica. Con el final me identifiqué porque suelo usar recursos así para concluir cosas. Pero no me gusta. Creo que radicalizar así la situación para despistar al lector sobre otros detalles que talvez pedían ser más profundizados es una salida fácil. Es un recurso efectivo y por eso yo caigo con frecuenncia en el (la mayoría de mis columnas semanales del quetzalteco terminan así) Bueno, creo que más que decirltelo a vos me lo estoy diciendo a mi.
    Igual, a lo mejor si no lo terminabas así parabas haciendo una novela, y no es el caso... je.
    saludos!!

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  5. Muchá no se friqueen con el tamaño, de que muy largo y eso... nel.. a mi no me pareció tampoco que el final fuera abrupto, es bueno el cuento.. así como esta,

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