Patricia
Por Orlando Gutiérrez
La gallina no entendía que pasaba. Estaba nerviosa, trataba de volar, pero no podía. La querían agarrar y a ella le daba miedo. Corría y corría. La alcanzaron. El niño le puso una especie de soga en el cuello. La sacó a caminar. ¡Qué salvada! Era solo su paseo vespertino.
Jajaja... comiquisimo..
ResponderEliminarEste es como un esquech para caricatura... de cartoon network porque es perversona... a huevos que al principio uino cree que se la van a comer... jajaja
Creo que tenemos madera de microcuentistas! De verdad que esta entrega estuvo buena. Este me gusta porque hasta se me hace algo que un niño se gozaría, podría ser un microcuento infantil
ResponderEliminarbien, ya apareci.... que risa
ResponderEliminarSi muy chistoso jejeje
ResponderEliminarIngenioso, te felicito, Chente.
ResponderEliminarGracias!
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